Se denomina filtración a la acción de pasar un líquido, accidental o voluntariamente a través de un filtro, o pasar un líquido a través de un sólido. Así cuando tenemos lo que comúnmente llamamos gotera, ocurre que el agua se ha filtrado accidentalmente por algún agujerito o rajadura de nuestro techo. En los casos de filtraciones voluntarias se realiza en general como método de separación de los sólidos de los líquidos, en sistemas de tipo heterogéneo, como ocurre cando filtramos café. También filtramos cuando colamos el arroz o los fideos luego de cocinarlos, para retirarles el agua de la cocción.
El sólido al encontrar el filtro no se disuelve, quedando retenido, y pasando solamente el líquido. El filtro puede ser de papel, en el caso del café, o coladores de plástico, acero o enlozados en el arroz o fideos. Para otras filtraciones que lo permitan, puede usarse algodón, lana de vidrio o arena. Para potabilizar el agua se la hace pasar por un filtro de arena, u otra superficie porosa que retenga sus partículas sólidas de impurezas.
Los tipos de filtración pueden ser, de acuerdo al filtro usado, mecánicos (como los mencionados antes) biológicos (por ejemplo bacterias que en el agua consumen amoníaco) o químicos (como el carbón activado). Cuando la luz logra penetrar en un lugar oscuro por pequeños orificios o aberturas se dice que la luz se ha filtrado por allí. Se aplica por extensión a los casos en que el dinero u otros bienes, desaparecen en pequeñas cuotas, misteriosamente, o también a los supuestos de ciertas informaciones secretas o confidenciales, que comienzan a conocerse en ciertos ámbitos.
El proceso de ósmosis inversa fue propuesto por primera vez por Charles E. Reid en 1953 para obtener agua potable del agua de mar. La propuesta de Reid fue sometida a la consideración de la Oficina de Aguas Salinas de EUA pero se hizo ver que se carecía de una membrana adecuada para realizar eficientemente el proceso de ósmosis inversa.
La solución del problema de la separación de agua pura a partir de agua de mar o salobres fue resuelta por el descubrimiento de la membrana de acetato de celulosa por el mismo Reid y E. J. Breton en 1959. A este descubrimiento siguió otro efectuado por S. Loeb y S. Sourirajan en los años de 1960 a 1962 al demostrarse que la membrana de Reid y Breton mejoraba considerablemente el flujo de solvente y rechazo de sales, si la membrana se hacía asimétrica en lugar de homogénea. Luego se supo, por observaciones al microscopio electrónico, que la asimetría en la membrana de Loeb y Surirajan se debía a la presencia de una delgada película de polímero en fase amorfa con secciones cristalinas sobre la superficie de la membrana. Esta película es la parte activa de la membrana y responsable de la exclusión de los solutos.
Uno de los logros de la década de los años sesenta fue hacer económica la aplicación de la ósmosis inversa en la obtención de agua potable a partir de aguas salobres y de mar, y entrar francamente en competencia con otros sistemas de separación de pequeña o gran escala. Esta posibilidad fue una consecuencia de la perfección de la membrana de acetato de celulosa y un entendimiento más claro de los procesos de interacción de una solución salina con dichas membranas. En esta década se consiguió comprender los efectos de compactación y de oclusión de las membranas bajo operación, así como percibir la necesidad de tratamientos bioquímicos del agua de alimentación, por la presencia de microorganismos que utilizan a la membrana como nutriente.
Conocimiento de estos mecanismos de selectividad permitió predecir el comportamiento de las membranas en variadas aplicaciones. También aparecieron nuevas membranas utilizando otro tipo de polímeros que presentan más ventajas en comparación con las de acetato de celulosa. En esta década de los setenta, se logró dar una clasificación útil de las membranas en relación a procesos de separación y el mecanismo de acción a su vez relacionada con su estructura. Después de todo, la ósmosis inversa ha ganado gran popularidad, se recrearon métodos de operación con diversas membranas, y actualmente existe un sin número de aplicaciones industriales, comerciales y residenciales.
La ósmosis inversa puede ser considerada como el grado más avanzado de filtración que se ha inventado para la purificación del agua y sin añadirle ninguna sustancia química. Es tal su ventaja, que es la tecnología que se utiliza en algunos países en la actualidad para convertir el agua de mar (salada) en agua desalinizada o apta para el consumo.
Como se observa en la gráfica por medio de la ósmosis inversa podemos separar el agua pura de un sin fin de contaminantes e inclusive sales. Es decir que micro organismos como bacterias, virus, moléculas grandes como pesticidas, polímeros orgánicos, sales de calcio, magnesio e incluso sodio son retenidos por las membranas de ósmosis.
La ósmosis es un proceso natural que ocurre en todas las células vivas. Esta permite la vida de todos los seres tanto animales como vegetales, al inducir que el agua fluya por difusión desde zonas donde se encuentra relativamente pura, con baja concentración de sales, a zonas donde se encuentra con alta concentración a través de una membrana semipermeable. El resultado final es la extracción de agua pura del medio ambiente.
La ósmosis inversa es un proceso inventado por el hombre que invierte el fenómeno natural de ósmosis. El objetivo de la ósmosis inversa es obtener agua purificada partiendo de un caudal de agua que está relativamente impura o salada.
En el caso de la ósmosis Inversa, el agua es obligada a pasar por una membrana semi-permeable, dejando pasar solo agua pura, por lo que a la inversa del sistema natural, el desplazamiento del agua va desde la zona de mayor concentración a la zona de menor concentración (agua purificada), razón por la que este sistema recibió el nombre de inverso. La molécula de agua es tan pequeña que es la única capaz de pasar por los poros de la membrana.
El agua por ósmosis inversa es ideal. Se eliminan así en su totalidad o casi, nitratos, pesticidas, bacterias, virus, microbios, amianto, herbicidas, cal, mercurio, plomo y otros metales pesados, así como todo lo que está disuelto. La membrana ósmosis inversa permite el mayor filtrado; ningún otro filtro llega hasta este nivel
Los filtros más eficientes se limitan a un filtrado del orden del micrón. (Un micrón es la milésima parte de un milímetro). Sólo la ósmosis inversa permite filtrar muy por debajo de 0,0001 micrón.
La ósmosis inversa permite filtrar muy por debajo de 0,0001 micrón.
El agua por ósmosis inversa es ligera y muy débilmente mineralizada. Por su pureza, ayuda a nuestro organismo en los intercambios y la evacuación de las toxinas.
Es un agua completamente bio-disponible. De hecho, la ósmosis inversa es el proceso que se utiliza desde hace muchos años en hemodiálisis. Se utiliza también en todos los sitios que necesitan agua de alta pureza (clínicas, laboratorios, industrias, etc.).
Es de sabor muy agradable y está libre del sabor indeseable que caracteriza a las aguas de tratamiento público, así permite aumentar la calidad y los sabores de las sopas, jugos, bebidas, legumbres, pastas, cubos de hielo, etc. y en general de todo lo que necesitamos.
Las aguas de mineralización más baja son las más adecuadas en general para los ancianos, las personas con cálculos renales, quienes padecen hipertensión arterial severa o retención de líquidos , para los bebés, en fin, para todos los que deseamos disfrutar de buena salud y bienestar, es tal como la obtendríamos en la naturaleza en su estado más puro. En cualquier caso, se buscan efectos diuréticos o de arrastre de elementos que el organismo tiene que eliminar.
En el caso de los ancianos, por consecuencia del propio envejecimiento se altera el funcionamiento de los riñones que favorece a través de una mayor diuresis la eliminación de sustancias de desecho. Los bebés, al no tener totalmente desarrollada la capacidad de filtración renal, a través de la utilización de aguas de débil o muy baja mineralización se evita la formación de una orina concentrada con repercusiones negativas para su salud.
Por otra parte, en la formación de los cálculos renales es de suma importancia el grado de concentración de la orina. Las aguas de débil mineralización son muy útiles en los planteamientos dietéticos de muchos enfermos litiásicos. Es bien sabido este tipo de agua se elimina totalmente en 2 ó 3 horas. Una eliminación rápida hace bajar la concentración de la orina y acelera la eliminación de productos de desecho evitando la acumulación de sustancias causantes de la formación de los cálculos.
Su absorción por el intestino es muy rápida y completa provocando una abundante diuresis (volumen de orina). Para conseguir que la orina esté poco concentrada se necesita eliminar al menos 2 litros cada 24 horas. Para una persona en condiciones normales, esto supone beber unos 3 litros, de los cuales al menos el 50% será agua.
El agua, además de prevenir la litiasis renal, favorece la expulsión de cálculos y evita su crecimiento. La litiasis (piedras o cálculos) del aparato urinario es una de las dolencias más frecuentes de la humanidad desde los tiempos más antiguos. Puede decirse que un 4% de la población femenina y un 6% de la masculina tendrán un cálculo a lo largo de su vida.
Estos suelen aparecer entre los 30 y 50 años y tienen un factor hereditario importante. Hasta un 50% de esta población tendrá más de un cólico en su vida. De ahí, que el objetivo principal del tratamiento médico sea prevenirlos.